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13 julio 2015

El ajedrez como una faceta más de la enseñanza

Por: Ricardo Montecatine
Ricardo Montecatine, presidente de la Federación Andaluza de Ajedrez defiende que su práctica beneficia la comprensión lectora, la lógica, la resolución de problemas, la responsabilidad en la toma de decisiones y mejora la capacidad de concentración. En otro artículo, el vicerrector de Planificación Docente de la UPO, Eugenio Fedriani, afirma que la práctica del ajedrez fomenta valores como la tolerancia, la humildad, el pensamiento crítico y la autoestima.

Ricardo Montecatine: “El ajedrez debería estar en los colegios como una faceta más de la enseñanza”

El presidente de la Federación Andaluza de Ajedrez defiende que su práctica beneficia la comprensión lectora, la lógica, la resolución de problemas, la responsabilidad en la toma de decisiones y mejora la capacidad de concentración.

Ricardo Montecatine apuesta por la introducción del ajedrez en en todos los colegios, como una faceta más de la enseñanza.

Si los niños españoles recibieran en la escuela nociones para la iniciación al ajedrez, mejorarían la comprensión lectora, la lógica, la resolución de problemas, la responsabilidad en la toma de decisiones y la capacidad de concentración de los alumnos. Es lo que ha defendido Ricardo Montecatine, presidente de la Federación Andaluza de Ajedrez, al apostar por la introducción del ajedrez en “en todos los colegios, como una faceta más de la enseñanza”, y citando como modelo a seguir lo que ocurre en Hamburgo, “donde una hora semanal del bloque de matemáticas se dedica al ajedrez. Eso es acertar en el planteamiento”, sentencia.

Ricardo Montecatine, presidente de la Federación Andaluza de Ajedrez
Ricardo Montecatine ha realizado estas declaraciones en el marco del curso de verano “Docencia del ajedrez en Educación Primaria”, que se viene desarrollando desde el lunes bajo la dirección de Eugenio M. Fedriani Martel, del Departamento de Economía, Métodos Cuantitativos e Historia Económica de la Universidad Pablo de Olavide, en la sede de la UPO en Carmona.

Montecatine denuncia la falta de implicación política en este asunto, ya que, a pesar de que se han presentado varias proposiciones no de ley en el Congreso de los Diputados, los distintos gobiernos “las han ignorado”, pese a que lo votado en la Cámara Baja “ya lo recomendaron la Unesco y el Senado en 1995, varios parlamentos autonómicos y el propio Parlamento Europeo en 2013”, recuerda. Estas propuestas postulan la introducción de asignaturas específicas en los planes de estudio de Educación Primaria, “pero mientras no se doten los presupuestos para formar a los docentes, de manera que hagan llegar los valores educativos de la práctica del ajedrez a sus alumnos y tengamos horas de clase reservadas a su enseñanza, lo del Congreso es un brindis al sol más”, lamenta.

Tras aclarar que hay que distinguir entre la práctica del ajedrez en competición federada, “que requiere una dedicación mayor”, del mero aprendizaje del juego y de su práctica en el ámbito docente, defiende que “aunque el ajedrez se presenta como una imitación de la guerra, realmente imita a la vida”, argumentando que “nos pide tomar decisiones con poco tiempo y nos castiga si nos equivocamos; nos pide no precipitarnos en nuestros juicios; nos empuja hacia un permanente ejercicio de objetividad en los análisis”. Ya en los años 70, recuerda, comenzaron a realizarse estudios sobre esta cuestión, concluyendo que el ajedrez “aumenta la creatividad, la concentración, el pensamiento mental crítico, la memoria, el rendimiento académico, la solución de problemas, el enriquecimiento cultural, la madurez intelectual, la autoestima y la puntuación en los exámenes”, enumera, citando a Fergusson.
Desde un punto de vista pedagógico, el presidente de la Federación Andaluza de Ajedrez recomienda “no dedicar un tiempo excesivo al estudio de las aperturas, los finales o la estrategia, sino dedicar el máximo tiempo posible al entrenamiento en la táctica, es decir, en las combinaciones”. Sobre la mejor edad para iniciarse en el ajedrez, Montecatine lo tiene claro: “entre los 7 y los 10 años”, concluye.
Fotos y textos: cortesía de Upo.es

Los niños que juegan al ajedrez destacan por su grado de madurez y capacidad de reflexión, según Eugenio Fedriani

El vicerrector de Planificación Docente de la UPO afirma que la práctica del ajedrez fomenta valores como la tolerancia, la humildad, el pensamiento crítico y la autoestima
El vicerrector de Planificación Docente de la Universidad Pablo de Olavide, Eugenio M. Fedriani Martel, ha asegurado que los niños que reciben clases y aprenden a jugar al ajedrez desde pequeños destacan por su capacidad de reflexionar y pueden llegar a parecer más maduros de lo que en realidad su edad puede indicar.

Eugenio Fedriani ha realizado estas declaraciones durante la celebración del curso de verano “Docencia del ajedrez en educación primaria”, que se está celebrando dentro del programa estival de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona y que dirige este profesor de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa.

En relación con el origen del ajedrez, el vicerrector ha señalado que “probablemente surgió como un reflejo de las habilidades humanas que también rigen nuestro comportamiento social, científico, cultural… Es un reflejo de la mente, de la misma mente que se refleja continuamente en nuestra vida cotidiana. En mi opinión, cuando te has nutrido de los beneficios intelectuales de la práctica del ajedrez, es muy difícil disociar las enseñanzas del ajedrez y la propia vida”.

Asimismo, ha recordado cómo hace años la enseñanza del ajedrez en la escuela dependía exclusivamente de que algún profesor o maestro fuera aficionado al juego y quisiera transmitir a sus alumnos el gusto por el ajedrez. Se trataba de iniciativas aisladas, pero con implicaciones muy interesantes.

En la actualidad, la realidad es diferente. Por ello, el director del curso ha aplaudido que varias comunidades autónomas hayan aprobado proposiciones no de ley en favor de la utilización del ajedrez como herramienta educativa y que cada vez más centros educativos vayan tomando conciencia de la validez como herramienta educativa de esta disciplina.

Una de las ventajas de enseñar ajedrez a los niños es que no hace falta introducir muchos conceptos para progresar, sino que la propia práctica les va proporcionando los beneficios y las herramientas psicosociales deseadas. Además, no podemos olvidar que aprender mediante el juego suele ser algo mucho más agradable y motivador.

Entre los beneficios de la práctica del ajedrez destacan la mejora de la capacidad de concentración, la memoria y la creatividad. “A mí me gusta destacar que fomenta valores como la tolerancia, la humildad, el pensamiento crítico, la autoestima y la creatividad”, puntualiza Fedriani.

Sin embargo, la docencia del ajedrez no plantea mayor dificultad que cualquier otra asignatura. “Obviamente, conforme los alumnos van adquiriendo más conocimientos y soltura, el docente tiene que tener un mayor nivel ajedrecístico para poder dirigirlos de forma adecuada y ofrecerles lo que requieren en cada momento. Pero la cualificación mínima sería la misma que la de cualquier otro profesor, sólo que además tiene que saber jugar al ajedrez y conocer los aspectos del juego que más utilidad pueden tener para cada alumno concreto”, según el profesor de la UPO.

Por último y en referencia a los requisitos que un niño debe tener para aprender a jugar al ajedrez, Eugenio Fedriani aporta ciertas pautas. La principal es que los pequeños tengan más de cuatro años, ya que es en esa edad cuando comienzan a tener capacidad de concentración y paciencia, cualidades necesarias para poder desarrollar el juego.

Por supuesto, las características de cada niño también influyen: que los alumnos sean más o menos nerviosos, que les atraiga el juego, el nivel de facilidad que tengan en practicarlo… “En general, como ocurre con los idiomas, cuanto antes se aprende, más fácilmente se desarrollan las habilidades asociadas con la materia. Ese suele ser el principal motivo para intentar empezar cuanto antes a practicarlo”, concluye el profesor.
Fotos y texto: cortesía de Upo.es.

Fuente: www.chessbase.com